"Siempre listos"
El cielo y la tierra pasarán, pero mis palabras no pasarán. »En cuanto al día y la hora, nadie lo sabe, ni siquiera los ángeles en el cielo, ni el Hijo. Sólo el Padre lo sabe. Pero ustedes, presten atención y manténganse atentos, porque no saben cuándo llegará el momento... Esto que les digo a ustedes, se lo digo a todos: ¡Manténganse despiertos!» (Marcos 13:31-33, 37).
Recuerdo claramente en mi niñez, cuando mi mamá me llamaba a comer. Yo sabía que, para poder comer, debía prepararme lavándome las manos. Aunque tuviera hambre y tuviera ansias por comer, mi mamá sabía que esta sencilla rutina era un acto de preparación que asegura que la comida sea agradable y saludable.
En el pasaje de hoy, Jesús está hablando sobre el fin del mundo y su regreso, enfatizando la certeza de la Palabra de Dios y la necesidad de estar siempre preparados para su retorno.
El arrepentimiento es como el "lavado de manos" espiritual que Cristo nos ofrece antes de su regreso. La Confesión nos permite reconocer nuestras faltas y volver a la pureza que Cristo nos otorgó en el Bautismo. Allí nos dirigimos a Cristo, quien pagó el precio por nuestros pecados con su sacrificio en la Cruz y su perdón nos limpia y nos prepara para encontrarnos con Él.
En la Absolución Cristo nos asegura que estamos limpios y listos. Cuando el pastor pronuncia las palabras de absolución, es como si nuestra madre nos dijera que estamos listos para la comida. No es solo una declaración de que nuestros pecados están perdonados, sino una afirmación de la victoria de Cristo sobre el pecado y la muerte. Y no se trata de nuestras acciones de arrepentimiento, sino de la obra perfecta de Cristo que nos limpia y nos renueva.
A pesar de los cambios y desafíos en el mundo, la Palabra permanece firme y eterna. Con el perdón de Jesús, somos limpiados. Vivir en esta confianza nos mantiene alerta y preparados, no con miedo, sino con la certeza de que el regreso de nuestro Salvador traerá gozo eterno.
Padre nuestro, gracias por la obra perfecta de Cristo, quien a través de su sacrificio nos limpia y nos prepara para su regreso. Ayúdanos a mantenernos despiertos. En el nombre de Jesús. Amén.
Para reflexionar:
* ¿Cómo puedes aplicar la Confesión y Absolución en tu vida diaria para prepararte espiritualmente como cuando te lavas las manos antes de comer?
* ¿De qué manera te ayuda el perdón de Cristo a mantenerte alerta para su regreso?
Diaconisa Noemí Guerra
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