"Más altos que mis pensamientos"
Busquen al Señor mientras pueda ser hallado; llámenlo mientras se encuentre cerca. 7 ¡Que dejen los impíos su camino, y los malvados sus malos pensamientos! ¡Que se vuelvan al Señor, nuestro Dios, y él tendrá misericordia de ellos, pues él sabe perdonar con generosidad. 8 El Señor ha dicho: «Mis pensamientos no son los pensamientos de ustedes, ni son sus caminos mis caminos. 9 Así como los cielos son más altos que la tierra, también mis caminos y mis pensamientos son más altos que los caminos y pensamientos de ustedes (Isaías 55:6-9).
¡Menos mal que los pensamientos de Dios no son mis pensamientos, y que sus caminos son más altos que los míos! No me imagino cómo sería el mundo si yo fuera dios. De veras, necesitamos un Dios que sea más grande que nosotros. Necesitamos un Dios que sea tan sabio, que pueda ver los líos en los que nos metemos y todos nuestros males, y encontrar una manera de rescatarnos. Necesitamos un Dios que sea tan grande que pueda preocuparse por nosotros, que vivimos en este pequeño planeta en este enorme universo, y aun así se preocupe por los detalles de nuestra vida diaria. Necesitamos un Dios que sea tan amoroso que venga a nuestro mundo para convertirse en un ser humano como nosotros. Y eso es exactamente lo que tenemos.
No es lo que yo habría imaginado e inventado como un dios. ¿Imaginar un Dios que viene a nosotros en debilidad y dependencia, un pequeño bebé llorando en un pesebre? ¿Elegir a un Dios que sabe lo que es estar sin hogar y con los pies doloridos, que trabaja muchas horas sanando y enseñando, que vive cada día mirando por encima del hombro, sabiendo que sus enemigos lo atraparán al final? ¿Creer en un Dios que da su vida en vergüenza y desnudez, colgado en una cruz entre dos criminales? ¿A quién se le ocurriría eso?
Pero ¡quién no lo necesita! Porque esa es la forma en que Jesús nos rescató del poder del pecado, la muerte y el diablo. Su dolor se convirtió en nuestra sanidad, y su vergüenza en nuestra gloria. Por lo que Él ha hecho, los que confiamos en Él somos ahora acogidos como hijos del mismo Dios; y debido a que Jesús ha resucitado de entre los muertos, sabemos que nosotros también viviremos para siempre con Él. No podríamos haberlo imaginado, pero Dios lo hizo todo porque nos ama. Esa es nuestra salvación.
Querido Padre, te damos gracias porque tus pensamientos son más elevados que los nuestros y tu amor por nosotros es inimaginable. Amén.
Para reflexionar:
*¿Qué cosa hizo Dios en la Biblia que no hubieras esperado?
*¿Qué cosa ha hecho Dios en tu vida que te asombra: su creatividad, su sabiduría o su amor?
Dra. Kari Vo
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