
"¿Los mejores años?"

"Será despreciado y desechado por la humanidad entera. Será el hombre más sufrido, el más experimentado en el sufrimiento." Isaías 53:3a
Unos de los peores sentimientos que uno puede tener es el sentirse solo, aislado y separado de los seres queridos. Pero peor aún es sentirse despreciado. Quien es despreciado, además de sentirse solo, tiene que lidiar con la animosidad de quienes le rodean.
Hay personas que dicen que los años en la escuela secundaria son los mejores de la vida, por lo que muchos adultos aconsejan a los adolescentes a disfrutarlos al máximo. Pero hay otras que aún recuerdan lo difícil que fueron esos años y todavía tienen las marcas causadas por la falta de comprensión, e inclusive hostilidad. Todos nosotros, en algún momento nos hemos sentido solos y despreciados.
Lo mismo le sucedió a Cristo, pero su soledad fue de una magnitud muy diferente. No es que él se sintiera completamente solo o despreciado u odiado, sino que estaba completamente solo, despreciado y odiado. Fue abandonado por sus discípulos, negado por Pedro, y hasta el mismo Dios el Padre le dio la espalda. Su dolor se puede sentir en las palabras: "Dios mío, Dios mío, ¿por qué me has desamparado?" (Marcos 15:34b). Sus enemigos no eran pocos. A través de su ministerio, el grupo de líderes judíos y otros que lo odiaban iba creciendo. Lo odiaban con tanta intensidad, que terminaron clavándolo a una cruz de madera como si fuera un criminal--muerte a la que Cristo se sometió por voluntad propia en lugar nuestro.
En estos días de Cuaresma reflexionamos sobre el dolor y el sufrimiento que Cristo soportó por nosotros para vencer el pecado, la muerte y el poder del diablo y así restaurar nuestra relación con nuestro Padre celestial.
Señor, te damos gracias por el sacrificio que hiciste en nuestro lugar y te pedimos que nos ayudes para que todo lo que hagamos y digamos sea para la honra y gloria de tu nombre. Amén.
Pastor Josh Mondenhauer
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