
"¿En qué podemos confiar?"

"Pero ahora, aparte de la ley, se ha manifestado la justicia de Dios, y de ello dan testimonio la ley y los profetas. La justicia de Dios, por medio de la fe en Jesucristo, es para todos los que creen en él." Romanos 3:21-22a
En la fantasía de las comedias de televisión vemos cómo las personas de distintas creencias son capaces de "aceptar sus diferencias" con tal de llevarse bien. En las películas se nos pretende hacer creer que la vida es una bella historia como la de la Cenicienta, que el sexo fuera del matrimonio no trae consecuencias, que las drogas no son tan malas y que el bien siempre triunfa sobre el mal gracias a un héroe que logra sortear todos los peligros imaginables.
Pero cuando llegan las noticias de la vida real la Cenicienta deja de ser la princesa y se convierte en una joven vestida con ropas sucias y rodeada de ratones. Las noticias hablan de adolescentes que matan a sus hijos antes de nacer, de personas inocentes que son asesinadas por drogadictos, de historias en las que el héroe no logra vencer y el mal triunfa.
Entonces, ¿dónde está la verdad en Cristo? ¿Es él el final feliz, o la última palabra en la historia de terror? La respuesta es ambos. El problema es que muchos miran a Cristo esperando encontrar el final feliz del cuento de hadas y terminan desilusionados.
Los cristianos sabemos lo que Dios nos ha prometido y el precio que le costó a Jesucristo obtener este final de cuento de hadas: le costó no sólo burlas, castigos, golpes, aflicciones y la vida misma, sino también dejar su lugar a la diestra del Padre.
¿En qué podemos confiar? Sólo en Dios. Él es fiel y justo. Su Palabra es verdadera y por la fe que nos dio a través de su Espíritu Santo podemos aferrarnos a nuestro salvador Jesús.
Padre celestial, gracias por tu Palabra y por el perdón de pecados y salvación que me prometes a través de la muerte y resurrección de tu hijo Jesucristo, mi Señor. En su nombre. Amén.
Pastor Brant Hoffman
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