
"Tres regalos"

"Por eso también nosotros siempre damos gracias a Dios de que, cuando ustedes recibieron la palabra de Dios que nosotros les predicamos, no la recibieron como mera palabra humana sino como lo que es, como la palabra de Dios, la cual actúa en ustedes los creyentes." 1 Tesalonicenses 2:13
"Nos salvó, y no por obras de justicia que nosotros hubiéramos hecho, sino por su misericordia." Tito 3:5a
Es común que de vez en cuando los padres den a sus niños regalos pequeños, pero cuando llega su cumpleaños, les hacen regalos grandes. Esos regalos no son una recompensa por su buena conducta, sino una expresión de su amor incondicional. Esta realidad también es cierta cuando se trata de nuestro Padre celestial.
En los dos textos para hoy vemos que Dios nos ha dado tres regalos grandes: el Bautismo, la Palabra, y el Espíritu Santo. Cada uno es independiente del otro, pero no inseparable. En el Bautismo, mientras echa agua sobre la cabeza, el ministro recita la Palabra de Dios, ahogando así nuestra naturaleza pecaminosa, dándonos nueva vida en Cristo y llenándonos del Espíritu Santo.
Los tres regalos van juntos para crear en nosotros la fe que nos salva de la condenación del pecado. Este es el regalo más grande de todos, un regalo que no se puede comprar en ningún negocio o ganar como recompensa por hacer el bien.
Ninguno de estos regalos lo recibimos porque lo pedimos, sino sólo por la gracia de Dios. Jesús, el Cordero de Dios, fue crucificado por nosotros para que los beneficios de su crucifixión y resurrección pudieran ser nuestros en forma gratuita, de acuerdo a su misericordia.
Padre celestial, gracias por habernos regalado tu Palabra, tu Espíritu, y tu Bautismo. Haz que ellos estén siempre presentes en nuestras vidas. En el nombre de Jesús. Amén.
Pastor Eric Edwards
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