
"Amén"
Porque todas las promesas de Dios son en él "sí", y en él, "Amén", por medio de nosotros, para la gloria de Dios. 2 Corintios 1:20
Salmo 111
Lucas 2:22-40
"Amén" es una buena palabra para finalizar el año. Es también un buen nombre para Jesús. No sólo porque él la usó frecuentemente, 103 veces en los evangelios, sino porque es una palabra que nos dice mucho acerca de él.
Jesús es el gran "Amén" de Dios. La Escritura nos dice: "El Amén, el testigo fiel y verdadero, el Principio de la creación de Dios, dice esto..." (Apocalipsis 3:14). Todas las promesas de Dios se cumplen y reciben el "sí" divino en él. En Jesús, el Padre dice: "Así sea." ¡Con un "Amén", Dios afirmó toda la vida, cruz y tumba de su Hijo! Jesús le dijo al malhechor en la cruz: "De cierto te digo (literalmente, 'Amén;), que hoy estarás conmigo en el paraíso" (Lucas 23:43).
Hoy, al finalizar un año más, Jesús nos declara estas mismas palabras a nosotros.
Confiando en el amor incondicional de Cristo, la vida vuelve a tener el sentido original que Dios le había dado antes que la dañáramos con nuestra rebeldía hacia él.
Nuestra oración, entonces, es un diálogo con Aquél que nos ama y nos ayuda, porque para Dios todos tenemos un valor incalculable. Por esta razón, mediante nuestra oración al finalizar este año, y a lo largo del nuevo año que está por comenzar, podemos conversar con Dios acerca de todas nuestras necesidades y preocupaciones sabiendo que él siempre nos escucha, porque nos ama.
ORACIÓN: Jesús, tú eres el gran "Amén" de Dios, y mío también. Que mi vida sea un "Amén" a todo lo que haces por mí. Dame tu bendición al cerrar este año. Amén.
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